Duele, es bueno que duela, está curando, está enseñándome: a reconocer el amor, a saber cómo amar.
Pero mientras cure seguiré siendo un solar en obras en el que no se puede vivir. Aun soy un niño que envejece sin madurar. Nadie sabe lo que vendrá después.
25 de mayo de 2006
Publicado por El Nigromante en 11:19 p. m.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)