La soledad se transforma en soberbia y los aislados devienen reyes. En sus tronos de miseria, se alzan orgullosos con las manos sucias. El desprecio es su escudo, la obsesión su espada. Pero por muy altos que se eleven seguirán mendigando amor.
La soledad se transforma en soberbia y los aislados devienen reyes. En sus tronos de miseria, se alzan orgullosos con las manos sucias. El desprecio es su escudo, la obsesión su espada. Pero por muy altos que se eleven seguirán mendigando amor.
Publicado por El Nigromante en 7:50 p. m.